CAÍDO DEL ZARZO
Mira lo que trajo el mar
Elkin Obregón S.
Así se llama un libro de Marcela Velásquez Guiral, beca de creación 2012 de la Alcaldía de Medellín. Área: Literatura infantil. Género: Cuento. El primer ítem es al menos discutible, pues no hay un término más elusivo que ese. En cuanto al segundo, no ve este lector el libro como una colección de cuentos, sino más bien como una novela corta, partida en pequeños relatos, o estampas, que, dentro de un solo ámbito, saltan a su gusto (aunque con una solvencia narrativa que evita cualquier alarde), en el tiempo y en el espacio. Pues todo ocurre en un lugar concreto, un caserío costeño —Miratt se llama—, sin ninguna ubicación exacta, enclavado entre el mar y la montaña; un pequeño mundo, por supuesto, donde habitan niños (entre ellos Miguel, cuyo hogar es una canoa, y Marthita, su única amiga), pescadores, ancianos y animales (entre ellos el loro de la abuela de Tribi, Capitán Lor, presunto pirata), y ocurren cosas, a veces pintorescas y amables, a veces oscuras e inquietantes; y hay además secretos insinuados, misterios nunca resueltos. En palabras de la autora: "Aquí les dejo estas historias. Algunas dulces como el mango maduro. Otras saladas como el agua de mar". Lo que ella no dice, y conviene decir, es que por todas esas páginas pasan la piedad, el sano humor, y una poesía servida a cuentagotas, para que no se note demasiado. Un librito precioso, sabiamente escrito, sabiamente contado; y, además, bellamente ilustrado (por un tal Gusti, un chico catalán que, con seguridad, ha caminado más de una vez por pueblos caribeños. La edición, de Frailejón editores, es impecable). Es uno de esos libros que, una vez leídos, siguen creciendo dentro de uno; no pasa muchas veces; no pudo la autora haber elegido un mejor título.
P.D.
Al final, en una semblanza de Marcela, se dice que tiene ojos muy grandes, y largas pestañas; que ama el mar, y que no sabe nadar. Salvo los ojos y las pestañas, es también mi caso.
CODA
Después de una excelente gestión, deja Selene Botero la gerencia de Teleantioquia, y llega a ese cargo Clara Marcela Mejía. Hacer un currículum de Clara Marcela no es difícil; su talento y capacidad profesional están más que probados, su cara es casi tan bella como su alma. Valor agregado: le gusta la música vieja, y ama los bambucos. Más no se puede pedir.