Número 106, mayo 2019

Historia de un entusiasmo
Colección de la revista Alternativa. Hemeroteca patrimonial de la Biblioteca Pública Piloto de Medellín.

Colección de la revista Alternativa. Hemeroteca patrimonial de la Biblioteca Pública Piloto de Medellín.

En el universo casi siempre efímero de los proyectos periodísticos valiosos, la revista Alternativa ocupa el lugar más alto: el curubito, y eso que en Colombia hay una larga historia de descalabros periodísticos que han naufragado precisamente por eso: por buenos. El poder, o el sistema, o este mundo injusto —como le queramos decir— no aguanta ver impresa la confluencia de crítica, veracidad, un tris de humor y esa cosa que nadie sabe definir pero que todos reconocemos al leerla, que se llama buena escritura.

Alternativa fue un entusiasmo que apareció en febrero de 1974 en forma de revista quincenal. Tenía una tirada de diez mil ejemplares y desde el primer número la policía la persiguió en quioscos, porque era de izquierda. Eso se sabía desde el cabezote: traía el lema “Atreverse a pensar es comenzar a luchar”, que parecía dictado por la Juco. Pero en realidad quienes estaban detrás de la publicación conformaban una nómina fabulosa que a lo largo de los seis años que duró incluyó nombres como Enrique Santos Calderón, Estanislao Zuleta, Salomón Kalmanovitz, Beatriz de Vieco y Orlando Fals Borda.

La diagramaron en distintas épocas Carlos Duplat y Carlos Duque. Daniel Samper, para la fecha el periodista más leído del país, era columnista. Antonio Caballero fue jefe de redacción. Y cobijándolo todo como consejero editorial estaba uno de los escritores más importantes de América Latina: Gabriel García Márquez, para entonces muy activo en defensa de derechos humanos y quien enviaba reportajes exclusivos desde distintos lugares del mundo.

Alternativa era una revista de portadas y titulares geniales, juegos de palabras, textos audaces, caricaturas virulentas y el arrojo necesario para agarrarle los huevos a la política más rancia, como nombrar “Animal del año” al alcalde de Bogotá. Pero duró no más hasta 1980, cuando se ahogó por falta de plata, que es el precio que en periodismo se paga por abrir tanto la boca. UC

Colección de la revista Alternativa. Hemeroteca patrimonial de la Biblioteca Pública Piloto de Medellín.