Número 89, agosto 2017

En Español
Jaime Jaramillo Escobar
 

Español

Todos los idiomas tienen su maravilla.
No voy a decir que no.
Pero el español la tiene más,
como lo decís vosotros,
y como lo dicen ellos,
y como lo digo yo.

Cada canto que yo canto
es un canto al español,
rica lengua, lengua rica
sin igual en su esplendor.

Del latín tiene la lógica y la fuerza y la pasión,
y del griego la nobleza, la elegancia, la armonía,
del árabe la cadencia, el lujo, la fantasía,
y de su mezcla de pueblos el misterio encantador.

Mi caballo habla español
porque en español me entiende;
cuando le hablo en inglés
se hace el desentendido,
pues nunca antes había oído
otro distinto sonido
que el de la lengua española
con que le hablo al oído.
En sus enhiestas orejas
cada sílaba resuena
con un timbre conocido,
heredado de su abuela.

Me topé con qué culebra,
culebra guarda-caminos.
La conjuré en español
y así me dejó pasar,
haciéndome reverencia
con su gran agilidad.

Si en inglés le hubiera hablado
seguro me habría mordido.
Las culebras son así:
tienen muy fino el oído.

No quise aprender idiomas.
Con el español me basta.
Para escribir en inglés
tendría que traducirlo
al castellano de España,
dicho español en América
porque de España proviene,
que a pesar de los pesares
se le llama Madre España.

Puede decir cualquier cosa,
pero no que suene mal.
Siempre suena si disuena,
y si disuena da igual.

La lengua es de nacimiento.
De poco sirve aprendida.
Aprendida suena falsa.
Eso se nota enseguida.

Cuando mi madre me dijo
unas primeras palabras,
me dicen que sonreí,
encantado con el habla.

Después cuando fui a la escuela,
para estudiar la gramática,
eso no me gustó nada,
pues no era necesaria.

Mi madre me había leído
lo que había por leer,
y con eso había aprendido
lo que había que aprender.

No te enredes con gramáticas.
Basta el sentido tener
de la lengua, que ella misma
todo te lo hará saber.

La lengua la hacen los pueblos,
poco a poco, a su entender,
ayudados por los diablos.
La gramática es después.

Gloria a la lengua de España
por su clara inteligencia,
por la música que encierra,
su precisión y su ciencia.

Para hablar en español
no se necesita nada:
sólo hacerle caso al cuerpo,
y el sentido de la danza.

De ocho sílabas en ocho,
como danzando y cantando,
el español se compone
a la manera de un canto.

La décima y el cuarteto,
el terceto y la sextilla,
te salen mucho mejor
cuando en español se rima.

No hay para qué argumentar,
la evidencia lo atestigua,
siendo la lengua española
tan moderna como antigua.

Con metro y rima o sin rima,
y en prosa canto mejor,
pues no existe mejor canto
que cantar en español.

Español
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