Cuando mi madre me dijo
unas primeras palabras,
me dicen que sonreí,
encantado con el habla.
Después cuando fui a la escuela,
para estudiar la gramática,
eso no me gustó nada,
pues no era necesaria.
Mi madre me había leído
lo que había por leer,
y con eso había aprendido
lo que había que aprender.
No te enredes con gramáticas.
Basta el sentido tener
de la lengua, que ella misma
todo te lo hará saber.
La lengua la hacen los pueblos,
poco a poco, a su entender,
ayudados por los diablos.
La gramática es después.
Gloria a la lengua de España
por su clara inteligencia,
por la música que encierra,
su precisión y su ciencia.
Para hablar en español
no se necesita nada:
sólo hacerle caso al cuerpo,
y el sentido de la danza.
De ocho sílabas en ocho,
como danzando y cantando,
el español se compone
a la manera de un canto.
La décima y el cuarteto,
el terceto y la sextilla,
te salen mucho mejor
cuando en español se rima.
No hay para qué argumentar,
la evidencia lo atestigua,
siendo la lengua española
tan moderna como antigua.
Con metro y rima o sin rima,
y en prosa canto mejor,
pues no existe mejor canto
que cantar en español.