Salir de Cuba se ha convertido en una consigna para muchos. Pero salir con pasaporte y siendo opositora declarada es una rareza para una isla tildada de paraíso y prisión. Yoani Sánchez se montó a su avión seguida por las cámaras. Parecía una astronauta. Un poema de Wendy Guerra le hace homenaje a sus sellos en el pasaporte.
Todos se han ido
las cartas me recuerdan cuentos de hadas
y las fotos tienen una matiz de discreta elegancia
Madrid no está muy lejos.
Todos se han ido.
Amberes nevada sube, París es un diamante ahogado en vino rojo
ellos han seguido esquiando cundo me recuerdan
y comiendo fresas con crema las madrugadas frías
recibí cartas con sellos exóticos y comentarios lejanos
leo en francés y lloro cuando al final ustedes me piden que
les cuente
pido yo reciban de buen humor el número de mis píes
pequeños y frágiles
se acaban mis zapatos más modernos
calzo el número de madonna
y las ropas me gustan de tallas ajenas
respiro el olor de Cuba
y el gas urbano me asfixia como el opio
sudo.
Todos se han ido
exponen sus cuadros en galería amplias y pulcras
pero sus madres siguen rezando desde la oscuridad
no se bien rezar
el aeropuerto es el triángulo de las Bermudas
sigo haciendo el epistolario generacional
donde desde Budapest envían KCT de jazz latino.
Todos se han ido
Y miro el mapa desconfiada, miles de puntos me contestan
Allí fueron, usted criaturas evasivas, hermanos crueles
enfants terribles, amores que no olvido, fantasma que comieron
las comidas isleñas que ahora trago
¿Será verdad que existe otro lugar?
Sigo donde mismo:
no dejen de escribir
Jovellar # 111 entre Espada y Hospital
Centro Habana, La Habana, Cuba.
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