CAÍDO DEL ZARZO
El alto de otramina
Elkin Obregón S.
No he visto Carta a una sombra, el muy elogiado documental de Daniela Abad y William Salazar, un certero enfoque, aseguran, de la figura y entorno familiar de Héctor Abad Gómez; pero vi un avance que pasó la tele, y en ese avance la secuencia en que Héctor Abad Faciolince recorre a caballo un camino campesino, mientras se oye su voz en off, recitando o diciendo el Relato de Ramón Antigua, de León de Greiff. No sé si esa secuencia encaja en el tejido de la película, o si es una especie de paréntesis, más o menos gratuito. Pero me encanta, y hasta agradecería su gratuidad, si tal es el caso. Porque exalta la fresca belleza y la importancia singular de ese poema, un soberbio y nuevo grito de independencia (poético) ante la madre patria.
Según cuenta Belisario Betancur, de Greiff le dijo alguna vez haberlo escrito para demostrar que sabía hacer romances, aunque no los hacía (no hizo ningún otro), porque no quería “ser esclavo de García Lorca”, como tantos hubo por estas tierras. Porque, bien claro está, el poema de León, con su triunfal olor a enjalmas, a mulas criollas y a aguardiente (y más allá de eso, una manera de contar), está a un océano de distancia, no solo de los romances lorquianos, sino también de los infantes de Lara, del ciclo del Mío Cid e incluso de La tierra de Alvargonzález, de Antonio Machado. Todos ellos, sobra decirlo, tesoros de la lengua. Laus Leo.
PD. El Relato… (está en el libro Variaciones alredor de nada) hace parte de los poemas nacidos o inspirados en Bolombolo, (“Bolombolo (…) monótono país del sol sonoro”), que es, además de una comarca paisa, la más perfecta aliteración de la poesía colombiana.