“—¿Se ve usted ganador del Tour?
—Me da miedo decirlo, pero sí. Me veo ganador del Tour en el futuro, pero no me quiero ni ilusionar ni equivocar por ahora”.
También los periodistas tienen sus ideas sobre Quintana. Carlos Arribas que escribe su día a día del Tour para El País de España habla de la relación del Nairo con Unzue, su director. El mismo que ganó cinco tours consecutivos con Indurain. Cuando Unzue dice que el colombiano, un simple jovencito, aprende muy rápido, el periodista que los ha seguido en la carretera entiende otra cosa: “No es que Quintana aprenda muy rápido sus lecciones, sino que es él, Unzue, quien las recibe día tras día, y demuestra que aún tiene capacidad para asimilarlas. Es Unzue, precisamente, uno que dirigió a Perico e Indurain, quien con Quintana ha podido volver a diferenciar lo importante de lo muy importante”.
Nairo no corre con “pingalillo” en las etapas claves, el audífono con la voz del director lo distrae en sus cálculos, tampoco se concentra en la pantalla que marca la potencia del pedaleo y les ayuda a regular su esfuerzo. Para él eso es la bicicleta estática. Su medidor es distinto: “Mi papá tenía un coche muy viejo sin tacómetro, y medía la gasolina metiendo un palo en el depósito y viendo hasta dónde manchaba. Y mirando al palo ya sabía para cuántos kilómetros tenía, hasta dónde podía llegar. Ahora los ciclistas van todos pendientes del SRM, de cuántos vatios mueven en cada momento, y les dicen tira a 400, y ellos se ponen a eso, pero no saben si van a poder resistirlo ni cuánto tiempo. Yo me conozco. Puedo correr sin SRM y, como mi padre sin tacómetro, calcular cuánta gasolina tengo, hasta dónde puedo llegar”.
Nairo tiene de Lucho, de Parra, de Botero, de Rincón, mucho de Oliverio Rincón, de Soler, de ‘Cacaito’, de Flórez, de ‘Condorito’, de ‘Patro’… se podría decir que un poco de lo mejor de todos. Para muchos es el mejor ciclista del mundo, fue segundo en su primer Tour, y ganará varios. Colombia tiene el mejor del mundo en uno de sus deportes insignia. Nairo nos hará felices.