Número 112, diciembre 2019

Noticias del desastre



Tarjeta postal con revés manuscrito.
Tarjeta postal con revés manuscrito.



El Parque de Berrío, en Medellín, solía incendiarse con mucha frecuencia. Las lenguas largas de café y aguardiente aún se despachan en hipótesis materialistas y mercantilistas para explicar esa vocación por el fuego de la plaza del comercio principal, que rara sí resulta, pero no viene al caso mencionarlas acá, sobre todo con la boca tan seca y la mente tan sobria. Lo que sí es del caso es que, por la razón que fuera, el Parque de Berrío se quemaba tanto que para los fotógrafos locales se convirtió en una rutina ir a retratar las ruinas. Casi podría hacerse una iconografía: el incendio del 12, el del 16, el del 21, el del 59… quién sabe cuántos más. Total que los escombros humeantes se convirtieron en un motivo fotográfico y no tardó mucho para que los fotógrafos empezaran a vender tarjetas postales como suvenires.

Uno de esos incendios, el de octubre del año 1921, para ser precisos, lo usó un enamorado para enviar a Bogotá las noticias de su propio desastre. “Querida Emilia: Estas son las ruinas de dos edificios, derruidos por las llamas, quisiera poder enviarle también un corazón derruido con la ausencia de lo que más quiere en el mundo, pero ningún fotógrafo se atreve a tomar esa vista, no quieren quedar mal, no quieren mostrar tan atroces escombros. Adiós Emilia, este es su corazón”. Firma al pie de la nota el hombre que, como bien puede leerse, es un alma consumida y agónica entre fuegos de desamores y nostalgias, pero cuya rúbrica intencionalmente omitimos para picar de duda al lector y cubrir con velo de anonimato las astucias de este amante.UC

Fotografía de Benjamín de la Calle
Esta imagen de uno de los incendios del Parque de Berrío hace parte de los elementos identificados en el proyecto Inventario del patrimonio fotográfico mueble en Medellín que realiza la Biblioteca Pública Piloto. Fotografía de Benjamín de la Calle.