Margarita, la mujer de Willian el mellizo
En el pueblo fui rebelde. Fumaba marihuana.
Cuando llegué a la casa,
desde un comienzo Willian
(el mellizo, el tercer hijo de doña Resfa),
me gustó por guapo y entrón pa lo que fuera.
¿Quién dijo que dos ladrones viciosos de yerba
no podían amarse?
Eso hacíamos él y yo:
amarnos y robarles a los clientes,
a las muchachas y a la "caja verde" de doña Resfa,
y desaparecer después por algún tiempo.
Pero como la dicha no es para siempre,
todo acabó el día en que por celos
me arrojó al suelo y me golpeó,
dejándome de cama.
Ofendida desaparecí de la casa
sin decir nada a nadie,
y me fui a una pensión del centro
de donde salía por las noches a conseguir.
Willian siempre creyó
que había regresado a mi pueblo, pero qué va,
yo llamaba furtivamente y preguntaba por él,
sin que me lo pasaran.
Cuando me enteré con rabia y putería
de que lo habían matado,
caminé detrás del cortejo fúnebre,
llorando desconsolada por el que fue mi único amor.