Número 44, Abril 2013
OBITUARIO
 
R.I.P. Fernando Vallejo
 
Menina. Ilustración: Hernán Franco.

Todos los antioqueños, exceptuando quizá a Jorge Vega, estamos sumidos en el más profundo desconsuelo por la desaparición de nuestro escritor Fernando Vallejo. Paz a sus cenizas, pues su alma y su cuerpo jamás tuvieron reposo.

No tuve el gusto de conocer a Vallejo, pero me reí de lo lindo leyendo sus Días azules, su Fuego secreto, y me morí de la jartera leyendo su Desbarrancadero y otras vainas, cuando lo abandonó la Gracia y se convirtió en un tío — de esos que todos tenemos, queramos o no— cascarrabias y cantaletoso.

Qué gran pérdida para las letras del país, éste que —si me permitieran— dejaría con gusto en capilla ardiente, vestido de novia, como dicen las malas lenguas que se presentó a recibir un premio en México, pues más que la literatura le interesaba el espectáculo en sus penúltimos días.

Cabe decir, como postrer tributo al maestro, que nunca fue un sepulcro blanqueado. Dijo lo que sabía y no sabemos si pensó lo que decía, pero tuvo la grandeza de exponer su corazón, que en el fondo —si lo tenía— estaba lleno de ternura.

El bueno de Satán lo reciba en su amplio regazo, y allá nos logre un asiento a quienes queremos huir para siempre de este cielo.

Requiescat in pace, maestro. UC

 

 

 

 Ilustración: Hernán Franco.

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