Número 26 - Agosto de 2011
Jaime Jaramillo Escobar, Método fácil y rápido para ser poeta, tomo I, Bogotá, Luna Libros, 2011
Este sabroso Método fácil y rápido para ser poeta es de un anciano no sé cómo, pero su prosa es de viejo sabio. Firme y al tiempo humilde. Tozudo y a la vez delicado. Insistente. Su prosa es, no se asusten con la palabra, epigramática. Cito al DRAE: "Epigrama. 2m. Composición poética breve en que con precisión y agudeza se expresa un solo pensamiento principal, por lo común festivo o satírico". La poesía anima esta prosa, como tema y como espíritu. Como forma.
La edición de Luna Libros es primorosa, como para hacer una fiesta íntima. Y no es más por ahora.
El poema nace, no se hace. Quiere decir que el poeta tiene que estar preñado. El poema hechizo es un muñeco de simple redacción. Aun para leer es necesario estar inspirado. El lector no inspirado, lector mecánico y compulsivo, no entiende. Se accede a la inspiración voluntariamente. Hay métodos: disponibilidad, aislamiento, concentración. Dice Platón: "La Musa inspira a los poetas, éstos comunican a otros su entusiasmo, y se forma una cadena de inspirados". El lector inspirado es aún más escaso que el autor inspirado, desde que la literatura dejó de ser arte para convertirse en un negocio del cual hasta los poetas quieren participar, como el cura que vende la custodia. No es de esa poesía ni de esos poetas astutos y negociantes de lo que se habla en este libro.