Fotografía Fernando Medina / Cachivache Media
—¿Bajo qué criterio se seleccionan los contenidos que aparecen en El Paquete?
—Nosotros tenemos un filtro, una persona que se dedica a analizar lo que se baja de internet, incluyendo series, revistas, programas televisivos, shows, documentales. Todo eso se filtra, es un trabajo bastante delicado. Casi todo lo que se pone en internet nosotros lo ponemos. Las series, por ejemplo, todas son buenas; no hay problemas con las series, con las películas, con los documentales.
—¿Problemas en qué sentido?
—En la parte política. Hay series que son eróticas, pero eso no tiene que ver porque al final es cultura, se puede deslizar; es como las de homosexualismo, que ya es una cosa normal. Eso sí, nada de pornografía, porque la pornografía no tiene nada que ver con el erotismo, son cosas diferentes. Para lo que tenemos más filtro es para los shows, para los canales norteamericanos que sí tiran mucho para acá, que empiezan a hablar mal de Cuba, de Fidel, de Raúl. Nosotros esos programas los ponemos, porque el cubano los consume, pero si empiezan a hablar algo mal lo cortamos, y si está muy fuerte, no ponemos el programa. Esa es la explicación para las personas: no se puso el programa del día porque hubo temas políticos que no se deben poner. El cubano siempre quiere enterarse de eso, pero nosotros no nos podemos meter; si quieren verlo, que sea por otro medio.
Diariamente, a las 2:00 a.m., todo el contenido tiene que estar en casa de Danys, que es el centro de operaciones, para copiarlo a los discos duros. A las 4:00 a.m., cuando sale la primera guagua para provincia, El Paquete debe estar listo y rumbo a sus consumidores.
El equipo de DeltaVision no es muy grande, y no hay profesionalización ninguna entre sus miembros. Todos han aprendido a realizar sus funciones sobre la marcha. El team lo componen Danys, quien arma El Paquete y descarga series, novelas, películas; otra persona que se dedica a capturar los shows, animados y documentales; otro que filtra; y alguien más que edita los segmentos que no deben salir. Además de este núcleo, están los mensajeros y los distribuidores.
—¿Cómo consiguen los contenidos?
—Todo se baja de internet; no usamos la conexión wifi porque es muy lenta, necesitamos más velocidad. Vamos a lugares que no te puedo decir, en los que es más rápida la conexión. De no ser así, no se podría trabajar a diario. Algunos contenidos cubanos muy nuevos, como la música y videoclips, que no están en internet, nos los traen proveedores: Elio, el Transportador, es uno de ellos. A veces los propios artistas van a la casa a llevarnos la información. Algunos shows latinoamericanos, o algunos animados, sí tenemos que descargarlos del satélite, porque no están en internet.
En lo que lleva de carrera, Danys ha tenido que pedir dos licencias estudiantiles por el tiempo que invierte en su negocio. Normalmente pasa casi todo el día trabajando, y no puede dormir hasta que El Paquete está armado y listo para salir hacia sus destinos. Las pocas horas libres que tiene las dedica a su novia, con quien vive en un apartamento en Centro Habana. Él mismo casi no puede consumir su producto, salvo alguna película puntual o su serie favorita: Game of thrones.
Danys no ha comprendido, en cierto modo, la trascendencia de su negocio, la influencia que tiene en la sociedad. Él sabe que es próspero, que es popular, pero no se percata –por más que hayan ocurrido tantos debates en torno a ello, por más que diversas figuras públicas expresen su preocupación sobre el asunto en la televisión, por más que varios estudiantes universitarios lo seleccionen para sus tesis investigativas– de la diferencia que hay entre El Paquete y otros tipos de empresas: peluquerías, restaurantes, gimnasios o tiendas. A veces da la impresión de que Danys cree que su trabajo no tiene otras implicaciones.
Para Danys, el criterio de selección de los contenidos es muy simple: “Nosotros ponemos todo lo que está en transmisión. Lo que no ponemos es porque no está a nuestro alcance”. Además, mediante la dirección de correo audiovisualesfullhd@gmail.com, los consumidores pueden enviar sus inquietudes y necesidades. En DeltaVisión se conforman con ese sistema. Nunca han intentado ir más allá, nunca han intentado estudios de audiencia ni nada por el estilo.
Precisamente la selección de los contenidos que aparecen en El Paquete es una de las preocupaciones compartida por sectores gubernamentales e intelectuales del país. Sin pretenderlo, o peor, sin ser consciente de ello, DeltaVision puede tener un peso similar al del Instituto Cubano de Radio y Televisión(ICRT) en el consumo cultural del pueblo cubano. Sin embargo, el criterio de selección de sus contenidos sigue siendo una incógnita para la mayoría de los cubanos.
—¿Qué responsabilidad supone ser el jefe de El Paquete?
—Es una responsabilidad bastante grande. Nuestro trabajo tiene que ser cada vez mejor. Tenemos mucha exigencia. Una vez que le enseñas a la población una cosa, no se la puedes quitar. Muchos conocen el calendario de las series, y cuando no aparece alguna, piden explicaciones. Nosotros les informamos a los clientes cuando no sale un contenido, si no sabes el por qué tienes que inventar algo lógico.
—¿Qué importancia le confieres a El Paquete en Cuba?
—Nosotros trabajamos sin pensar que somos una gran empresa, pero El Paquete ha revolucionado la información en este país. Todo lo que estaba oculto o tapiñado El Paquete lo ha sacado a la luz, y como son cosas reales, es bueno. Ha influido mucho en la información y en el entretenimiento. Yo considero que más del noventa por ciento de la población cubana consume El Paquete. Es un canal de televisión, es el internet de Cuba. Cada cual decide qué ver y cuándo verlo, por eso ha revolucionado la información, sobre todo respecto a los audiovisuales, porque las videotecas que existían aquí eran muy pobres.
—¿Tienes miedo de que lo puedan prohibir?
—No, nosotros no nos metemos con ellos y ellos no se meten con nosotros. Mientras no les pongamos el dedo a ellos, no hay problema. Trabajamos con licencia de vendedor de discos, porque estas pueden ser para los productores también. Por lo menos a mí nunca me han dado un toque de atención, nunca me han dicho nada. Tampoco ha venido a vernos un inspector, ni el DTI. Además, ellos saben dónde radicamos. Nos gustaría legalizarnos, pero es imposible pues, ¿quién le hace competencia al ICRT? Tendríamos nuestro propio canal: Canal Habana, Cubavisión y DeltaVisión. Comenzaría a producir diferente, a pensar diferente, a ampliar las posibilidades del paquete. En los medios de prensa nacionales, universidades, centros investigativos, entre otros espacios, se debate constantemente sobre el éxito de El Paquete. Su diversidad de contenidos, unido a la baja calidad, en general, de la programación de la televisión cubana, así como el difícil acceso a internet por parte de la población, son algunas de las razones por las que se le atribuye tanta popularidad.
Para algunas producciones cubanas, El Paquete es una de sus principales vías de distribución. Por ejemplo, Danys considera que el éxito que ha alcanzado en la juventud la revista de farándula Vistar Magazine se lo debe en parte a El Paquete. Muchos músicos acuden a este mecanismo para posicionar su obra en la población, ya sea mediante las canciones o videoclips. También realizadores cinematográficos, a la espera de un mejor canal de difusión, colocan sus obras allí.
De un tiempo acá han salido a la luz algunas figuras de El Paquete. El más popular quizá ha sido Elio el Transportador, quien se ha convertido en la cara oficial de este producto en Cuba. Tras un tiempo con bajo perfil, Danys también ha decidido aparecer públicamente. Está molesto porque otros le “están robando el crédito”, y desea que su trabajo deje de ser visto como algo underground, ilegal. En la entrevista que le realizó Vox el año pasado, hacían ver El Paquete como una mafia. Eso le incomoda, y quiere cambiar esa imagen.
—¿Perspectivas futuras?
—Al final El Paquete es una página web offline. A nosotros nos comparan con Netflix, con Amazon, con Hulu, porque ellos son un paquete. Queremos hacer nuestras propias producciones, ahora no podemos porque no tenemos el dinero, pero nos estamos aliando con otras productoras. Por ejemplo, hace poco me entrevistaron de un canal francés que se llama France 24. Ellos quieren realizar una serie de programas sobre los franceses que viven a lo largo de la isla, y les pareció que El Paquete podía ser una buena vía para distribuirlo por Cuba. Si se materializa, esa podría ser nuestra primera producción. Tener nuestras propias producciones y seguir ampliándonos son importantes perspectivas.
Con la expectativa de crecer cada vez más como marca, Danys sigue trabajando en su casa de Centro Habana, donde junto a un puñado de colaboradores tiene a un país entero consumiendo casi todo lo que se pueda copiar en una memoria.
Este peculiar negocio, además, se ha convertido en una fuente de ingresos para miles de personas en todos los rincones del país.
Leyes contra la piratería o un amplio acceso a internet podrían barrer de un plumazo El Paquete, pero Danys se muestra incrédulo ante estas amenazas, convencido de que, si esto ocurriera, encontrará la forma de mantener con vida su negocio.