EDITORIAL
Elección múltiple
La mirada fija del soldado siempre atento a las órdenes. Cuatro años de pecho como viceministro en el gobierno Uribe y tres años de espalda como ministro en el gobierno Santos. Todo el tiempo en los cuarteles. Un boy scout con algo de plomo en sus bolsillos. En su escritorio las fotos con Obama y Giuliani, no importa que los jefes sean rivales mientras sean jefes, y un pisapapales diminuto con la fachada del capitolio norteamericano. Ha decidido publicar su número de teléfono para que Colombia lo llame y lo interrogue: “No me llames, yo te llamo”, fue la respuesta de Colombia. Su loción deja una estela limpia por donde pasa. Un candidato para después de afeitarse.
> Fajardo ( ) Petro ( ) Pinzón ( ) Ramírez ( ) Duque ( ) Timo ( ) Regina ( )
El trapo rojo en el hombro, un trapo viejo e indispensable para alejar moscas y guiar a unos cuantos partidarios obedientes. El tono sereno de quien resistió cinco años sentado a una mesa con los dueños del dogmatismo, la intransigencia y la soberbia armada. Un hombre pasado por todos los rodillos del poder, un político que podría ser áspero como una buena lija pero se ha inclinado por la mesura y la cordialidad. Desde sus años mozos le han reprochado las malas compañías, amigos revoltosos en la juventud, aliados dudosos en la senectud. Una cerveza con espuma ha sido su mejor discurso de campaña.
> Petro ( ) De la Calle ( ) Vargas ( ) Duque ( ) Timo ( ) Gaviria ( ) Ramírez ( )
Un puño de hierro maltrecho es su insignia. Y su arma. De chiquito se paraba orgulloso sobre las mesas presidenciales. La Casa de Nariño ha sido su segundo hogar. Durante cuatro años, mirando el mapa de Colombia, jugó a un Lego electoral con sus casitas, sus puentes y sus carreteras. Agrio y mañoso según dicen quienes lo conocen, mañoso y agrio en las palabras de quienes no lo conocen. Si fuera leal y visitara cada fin de semana a sus aliados en las cárceles, no tendría un solo día de descanso en cuatro años.
> Pinzón ( ) Vargas ( ) Duque ( ) Timo ( ) Regina ( ) Santos ( ) Ordóñez ( )
Fuego sagrado. La más peligrosa de las insignias, el azote de las libertades, la voz que azuza a los trastornados. Un político en los tribunales y un fanático en la política. Fue el encargado de la disciplina nacional por casi siete años y mostró su mal aliento y sus trucos de sacristán. Su sueño es hacer del mundo una gran familia según sus costumbres y prejuicios, un mundo donde es el padre de sus elegidos y padrastro de los demás. Un ejemplo de cómo se puede ser mojigato y vulgar al mismo tiempo.
> Ordóñez ( ) Petro ( ) Pinzón ( ) Laureano ( ) Duque ( ) Timo ( ) Gareña ( )
Es imposible ser el fiel de la balanza en el juego inestable de la política. El equilibrismo es el acto más aburrido en el circo de tres pistas de las elecciones. Las paradojas de buscar el poder desde la matemática y ser el menos exacto de los candidatos. Cuando se repite tanto la cátedra se cansa el auditorio. Un profesor al que la falta que la tiza rechine contra el tablero verde. Pero un presidente sin maquinarias partidistas y sin halo sabanero sería una interesante novedad. Su gran problema no es estar mal rodeado sino no estar rodeado en absoluto. Menos modales y menos morales.
> Petro ( ) De la Calle ( ) Vargas ( ) Fajardo ( ) Duque ( ) Timo ( ) Nohemí ( )
El gesto del afiche revolucionario. El billete de mil como bandera. La arrogancia humana. Sus triunfos electorales son la expresión del pueblo, sus derrotas son la prueba del poder de las mafias. Uno de los mejores opositores de los últimos años: contra propios y extraños. Un costeño muy cómodo en el balcón del Palacio Liévano, un calentano al que le sienta el chiflón que baja de Guadalupe y Monserrate. Los riesgos de un ganador que quiere cambiar el himno y tiene mucha imaginación.
> Ramírez ( ) Petro ( ) Pinzón ( ) Fajardo ( ) Duque ( ) Timo ( ) Gaitán ( )
Un símbolo de la tecnocracia en manos de la fanaticada de un caudillo. Un hombre que se disfraza con algo de asco y júbilo. El sombrero, el poncho, el caballo de palo, la bolsa de confites. Piensa, responde, calcula, pero sus partidarios quieren que señale, grite, condene. El hijo de un liberal con obligaciones conservadoras. Un joven demasiado viejo. Un chico de Washington jugando a House of Cards en Cundinamarca. El miedo a un joven que busca la presidencia en su “primer empleo”. Le falta un curso en el Sena.
> Valencia ( ) Cabal ( ) Pinzón ( ) Timo ( ) Duque ( ) Ordóñez ( ) Zuluaga ( )
Una tía experta en cantaleta puede ser muy fatigante. Si en su familia los regalos navideños se entregaran en elecciones, ella solo gozaría del pernil y la papa fría. Su paso por los cuarteles le ha entregado el apelativo de Dama de Hierro en algunos programas de humor. Su gran virtud es tener un adversario señalado por un señalado. La señora tiene la virtud de no despertar muchas animadversiones. Pero es más fácil imaginarla encargada de la piscina del club que hablando de la Ciénaga de Ayapel.
> Nohemí ( ) Maria Emma ( ) Vivian ( ) Piedad ( ) Ramírez ( ) Clara ( ) Íngrid ( )
Un soldado venido a menos. El camuflado y la clandestinidad entregan siempre un aura y una maldición. En la civil queda la paranoia, el miedo a los buses que rugen, el ahogo de los carros blindados y los benditos hoteles burgueses. La política por fuera de los panfletos y los campamentos es un combate de afrentas, olvidos y desprecio merecido. Usar la palabra pueblo en la bandera y conocer el pueblo tan tarde. También es valentía dejar el poder del fierro.
> Rojas ( ) Petro ( ) Pinzón ( ) Navarro ( ) Duque ( ) Timo ( ) Pizarro ( )