1. Coro de las palmeras
que están mal del coco
Una isla de verdad, claman a coro
las palmeras
Del Parque del Periodista.
Estamos hasta la coronilla de esta
isla de ínfulas
De república independiente.
Agua de mar y no aguas mayores y
menores.
Aire decente y no aire de Bohemia.
No más mierda.
No más orines.
No más humos de poeta maldito.
¿Qué embotará más?
¿La yerba o la paja?
Nos pedimos una isla cierta,
Con o sin tesoro.
Una isla sin un Robinsón
(También estamos hasta la coronilla
De la gente que se desvive
Por dar la impresión de naufragio).
Nada más que una isla en alta mar.
Y si eso es mucho pedir,
Un puesto de honor en el Parque Lleras.
2. Lamento de una
palmera urbana
entrada en años
Dicen los representantes del orden
Que la marihuana desordena la
psiquis.
Si eso fuera cierto,
Ya más de uno de los náufragos que me rodean
(Y que me riegan con un agua
impotable),
Habría intimado con mi tronco
A la manera de un buen salvaje.
Ya esta graciosa señorita habría sido convertida
En una palmera de verdad,
Como de isla de los mares del Sur.
Por culpa de la compostura de esos
muchachos
Me considero la planta más plástica de Medellín.
Para mí, que la yerba que meten no es más que mate.
|
|
3. Trance al pie de una
digna representante
del trópico
Querida, te ha llegado la hora
De renunciar a tu psicorrigidez.
¿Cuál palmera?
¿Cuál monocotiledónea?
Sé que en realidad eres una recién
egresada
Del Javiera Londoño
Que sueña con el mar de Miami.
Querida, relájate,
Que este abrazo de sobreviviente del Titanic
(Leonardo Dicaprio, mucho gusto),
Te dejará sin tus ridículos aires
De reina del Jardín Botánico.
4. Algunas de las cosas
que se dicen de un
parque que habla bien
y mal de medellín
Dicen los enyerbados que es el
Paraíso
Porque ahí la yerba les sabe a gloria.
Dicen los ahogados que es una tabla de salvación
Porque ahí se sienten mejor que en su propia casa.
Dicen los cadáveres que es la morgue ideal
Porque ahí no los diseccionan.
Dicen los sátiros que es un campo
de paz
Porque ahí se les muere la libido.
Dicen los poetas bucólicos que es la sombra de un oasis
Porque cuenta con cinco palmeras.
Dicen los poetas malditos que es
todo un oasis
Porque cuenta con dos inodoros
públicos.
Dicen los ciudadanos de pro que…
(Un sermón de montaña que dejo a
un lado
Porque sé que figura en tu código
genético).
5. Se ruega un aire de
tsunami
Parcero, no orines contra mi tronco,
Que esa agüita no es de vida.
Lo que yo quiero es que trepes por él
Y llegues hasta la copa
Y ahí lances un manifiesto sin
metáforas
Contra un montón de cosas.
|
|
La Gran Gangrena
(Léase el poder
Y el contrapoder).
El aire de MedeHollín.
El hecho de que el fútbol
Nos haya comido el coco.
La comida de los "tragaderos".
La tragadera de los de arriba.
El conformismo general.
Las mujeres de silicona.
Los paisas que ejercen de paisa.
Los atentados de la publicidad.
La mala poesía…
Parcero, en vez de un chorro tenue,
Escupitajos de endemoniado.
6. Otro revés para el
espíritu que pesa por tres
si quieres que incluyan tu nombre
En la lista de los Malditos
(El malditismo todavía enloquece al respetable),
Déjate ver de vez en cuando
Por el Parque del Periodista.
Gracias a esas dosis personal de
contracultura
Nadie se atreverá a tratarte de buena persona.
Tres de los asiduos de ese parque no están mal.
Pero se sabe que no están para el
fatigoso vicio
Del antiplatonismo.
¿Qué te ganarías con proponerles una sobredosis de cama?
¿Qué, sino una risotada envuelta en humo?
Ya son felices.
Por nadie se cambiarían en su bendita nube.
Unos poetas salen para proveerse de mala fama.
Otros, para agravar sus heridas.
Deberían seguir el ejemplo de los
buenos herbívoros,
Que acuden al Parque del Periodista
Con la única intención de levitar.
¿Cuándo veremos tu nombre en la
lista de los entes?
¿Cuándo te atreverás a dejar de ser un pesado?
7. Poeta sin motosierra
a esta palmera le puedo perdonar
Que no dé sombra ni dátiles.
También, que no me sirva de horca
(No hay día en que este nómada
No quiera salir de escena).
Lo único que no le puedo perdonar
Es que sea una musa de segunda
(Hasta la fecha
No me ha inspirado más que serrín).
¿Qué esperará el señor alcalde
Para decretar su tala?
|