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            1. Allí estaban los primeros               establecimientos de los Salesianos,               las tres obras fundamentales               de la congregación de San               Juan Boston: el Instituto Pedro Justo               Berrío, el caritativo dormitorio y la               iglesia. Quienes buscaban el dormitorio,               además de descanso recibían una               pequeña colación y por la mañana,               desayuno. En el Instituto se podía estudiar               mecánica, tipografía, carpintería,               cerrajería, y varios otros oficios.               
            2. La Universidad Autónoma Latinoamericana,               más conocida como               Unaula.               
            3. Arriba, hacia el oriente, en el               cruce con Cundinamarca, funcionó               durante mucho tiempo el almacén El               Pescador, que no se restringía, pese a               lo explícito de su nombre, a vender               sólo artículos de pesca; comerciaba               también con inventos novedosos para               el hogar, como un resonador de microondas               que alejaba toda clase de insectos,               y hasta ratas, en un radio de 200               metros.  
            4. El célebre Palacio Nacional.               
            5. Café El Vesubio, fundado por               don Pedro María Arango, magistrado               del Tribunal Superior y frecuentado               por otros magistrados, abogados y estudiantes               que entre copa y copa criticaban               los procesos que se hallaban en               el Palacio de Justicia. 
            6. Edificio Pielroja, sede de la               Compañía Colombiana de Tabaco.               Posteriormente, en el local de la esquina,               estuvo la Librería Nacional. Desde               Ayacucho hasta la quebrada Santa               Elena, a principios del siglo XX, los               que no eran locales comerciales eran               bufetes de abogado. 
            7. Toda esta manzana, a finales               del siglo XIX y principios del XX, fue               Alcaldía Municipal, Cárcel de Varones               y Cuartel de Policía. Quizás fue la cárcel               con población más ilustre que tuvo               Colombia en mucho tiempo, porque               cuando había un cambio de partido en               el poder, cosa frecuente a causa de la               revueltas, eran arrestados los del partido               contrario que no habían tenido               tiempo de esconderse. Luego venía el               espectáculo de respetabilísimas da-               Con el arquitecto e historiador Rafael Ortiz, hacemos de GPS               por la tradicional calle 49, más que requeteconocida como               Ayacucho.               BYRON WHITE mas que llegaban con sus sirvientas a               llevarle los tres golpes al esposo detenido.               Unas veces a los godos; otras a               los liberales.               
            8. Estas oficinas del Cementerio               de San Pedro eran muy frecuentadas               por toda clase de investigadores pues               sus archivos permitieron a estudiosos               como don Gabriel Arango Mejía, escribir               la recurrida Genealogía de Antioquia               y Caldas.               
            9. El Almacén Oriental llegó a dominar               de tal modo el mercado de los               regalos de matrimonio en Medellín,               que las familias empezaron a dejar               constancia de lo que compraban para               no repetir regalos.  
            10. Había en este lugar varias oficinas               interesantes. La más famosa era               la de la mina de Zaragoza, y en algún               tiempo estuvo la de la Frontino Gold               Mines. Las demás eran oficinas de extranjeros               también dedicados al negocio               del oro.               
            11. Los hermanos Jaramillo Villa               tenían aquí su inmenso almacén,               donde era fácil ver hasta 10.000 rollos               de paño de la más alta calidad en los         estantes, pues eran representantes de               las principales marcas de paño inglés.               Entre las finas telas podían verse los               selectos zapatos Corona, que traían               desde Bogotá.               
            12. El Palacio Amador, diseñado               por el arquitecto Crosty, de origen italiano,               quien había sido traído para hacer               los primeros planos de la Basílica.               Esta casa, luego de ser residencia de               don Coroliano Amador, fue el Hotel               Bristol, admirado por los vitrales del               comedor, que dejaban ver el parque               posterior con una pajarera y una fuente               cuyo único detalle interesante era               una piedra tallada por el sabio Caldas,               con la localización geográfica de               Medellín.               
            Los almacenes de abajo fueron               tomados por varios comerciantes de               telas y en el local de la esquina funcionó               el llamado Café Londres, al               mejor estilo de un club inglés, donde               ocurrieron varias cosas que escandalizaron               a la sociedad de Medellín (y que               es probable que contemos luego).               
            Al frente de este parque, por Ayacucho,               quedaba el estudio de Jorge               Obando, quien vivía encantado porque               no tenía vecinos al frente. 
              
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