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Número 22 - Abril de 2011   

Otros Centros

Geografía Universal II
Silvio Bolaño Robledo. Ilustraciones Lyda Estrada
 

Salónica

Ilustración Lyda EstradaLas casas atisban hacia el mar Egeo desde la montaña rocosa de Ano Poli, en Salónica. Ellas han sido construidas sobre las ruinas de una muralla que se asolea como salamandra cansada frente a las naves de la ensenada y el nevado monte Olimpo. Las calles son angostas y empinadas, con aguas que se deslizan en el medio. Ruinas de templos con graffitis y esculturas mutiladas se mimetizan con la vegetación espontánea de las construcciones. Dada la inclinación hay quienes no pueden bajar porque se han quedado viejos. Por cada esquina hay tres gatos y tres perros. Los músicos pasean los sábados tocando melodías mientras los niños ruedan piedras en los charcos.

Las calles se ensanchan con cierta inclinación rumbo al puerto. Los cafés son atestados desde el mediodía, cuando los tesalonicenses empiezan a discutir mientras toman café griego, que es el mismo de los turcos pero europeo. Las ruinas destapadas durante las excavaciones para la construcción del metro dejaron al descubierto el antiguo centro en el subsuelo de la calle Egnatía, frente a la plaza Aristóteles. Torceduras en sus fondos obstaculizan la continuación del proyecto pero el tráfico es óptimo y el autobús cuesta 80 centavos. Algunos nativos toman café frappé mientras caminan o conducen o hacen cualquier cosa y a este gesto confieren cierta identidad nacional. Hablando en griego, tomar el café constituye un paradigma filosófico de carácter dialéctico en la democracia de la polis.

Hacia Occidente la calle Egnatía conduce a Roma y al Oriente hacia Istambul. A una hora suenan las campanas de los templos y a otra los cantos ortodoxos llenan las calles del centro como música angélica que anuncia la oración. Entonces los piadosos bajan por escaleras antiguas hacia las deprimidas iglesias, persuadidos por el poder de la tecnología y de las largas barbas blancas. La fe es tan grande que la pascua dura dos semanas, o sea que creen que Jesús resucitó. Los mercados llenan las calles con olivas jugosas y naranjas, frutos secos y especias, espinacas, aceites frescos y cristalinos, sudados por la tierra. La lengua es el griego pero se escuchan todos los idiomas del mundo. También venden antidia, radikia y zohoi, hierbas salvajes que mezclan en las ensaladas con queso feta y aceite de oliva. La textura del queso χαλούμι(jalumi) es más gustosa que el bife. La miel resplandece en toneles y cajas entre telarañas y papeles de abuela blanca con pañoleta negra.

En el paseo de la costa, al lado de la torre blanca, la estatua de Alejandro de Macedonia sobre su caballo Bucéfalo celebra la grandeza de su genio militar y político. Comparada al equino, la magnitud de sus miembros hace alarde a su título de Magno, lo cual es lógico. Todo está muy ordenado en ese aspecto y las cosas terminan por adquirir con el tiempo la cualidad de la palabra con la cual han sido bautizadas. Esto en griego se conoce como ontología. La universidad se llama Aristóteles, por ejemplo, algo controversial ya que resulta platónico pero si uno mira bien el edificio tiene jardines. Por su parte la calle Heráclito siempre fluye y los vecinos no se bañan dos veces allí. Los taxistas dejan a la gente en la esquina por causa de la oscuridad. La calle Parménides, en cambio, tiene y no tienen un solo sentido. La vía Ulises llega hasta Ιθάκη (Itháki) pero se pierde primero en la mar.

París

Ilustración Lyda EstradaLas mujeres llevan las carteras en el antebrazo y los hombres en los sobacos las baguettes. Eso es parte de lo que en Francia se conoce como glamour. Para ver la exposición completa del museo de El Louvre es preciso pasar 1095 días escudriñando en sus recámaras, lo cual es igual a decir 3 años pero en términos estadísticos. Suspendida verticalmente como un demonio de acero, la torre Eiffel desprende una luz desde su ápice que gira por el cielo nocturno de la ciudad, recordando la existencia de su sueño. Ella fue instalada en La Concorde para una feria pero al final no quisieron desmontarla porque les gustó. La villa es laica pero sus tradiciones, arquitectura y nomenclatura son de origen católico, aunque la religión más practicada sea el Islam. La multitud camina por el centro sin mirarse a los ojos y eso es parte de lo que llaman politesse.

Al ser laica, la conducción espiritual de los nativos ha quedado en manos del Estado y de la psicología. De ahí el que las mujeres vean en la democracia algunos problemas sexuales en espera de su emancipación. Los hombres están de acuerdo y el sexo pasa a ser felizmente un asunto de corrección política. Así es como la sexualidad fortalece los ideales de libertad y fraternidad de la tercera República. Por eso mismo las leyes han condenado la visibilidad de la prostitución, otrora un colorido tópico de la Ciudad Luz, sustituyendo a las alegres cortesanas por cinemas acudidos por ocultos onanistas. Lo anterior en detrimento del arte y consecuencia de la pastoral del alma que ejerce el Estado sobre la población, como herramienta de control de los individuos, según Michel Foucault.

De igual manera que con la Absinthe, la Ciudad de los Enamorados ha entrado en guerra con las palomas. Lo cual también sucede con los gansos pero porque les encanta cultivarlos para comerse sus hígados. La magnífica catedral de Notre Dâme, exponente de la alta arquitectura medioeval, se encuentra protegida del detritus de aquellos avechuchos antaño amigos de la humana especie y hoy caídos en desgracia, al punto de ser considerados plagas aéreas. Los puentes del Sena son poblados por vendedores con bigote y copias de pinturas, fotografías y demás cosas hechas pasar por viejas que los japoneses compran mientras se toman una foto con un ganso de fondo y siguen a una señora con una bandera roja puesta en el sombrero. Los gansos del Sena son para el turismo, no para comerse. Esto ha fortalecido las relaciones con Oriente pero recibido quejas por parte de los sindicatos de colombófilos y ambientalistas. La igualdad es otro ideal de la divisa francesa.

Le Metropolitan es ejemplo mundial del transporte público: sus líneas comunican a los ciudadanos con velocidad y eficiencia. El servicio es tan popular que en algunas estaciones los acomodadores trabajan empujando a la gente al interior de los vagones. La frase "métro, boulot, dodo", resume el estilo de vida de las gentes. Ellas comen, estudian, caminan, hablan, discuten, leen, presentan obras de teatro, mendigan, se enamoran, hacen conciertos filarmónicos, pintan, se bañan, sueñan, no sueñan, naturalmente, viajando en su interior. Y luego caminan hacia sus casas por calles que han sido construidas y reconstruidas, constantemente, en la memoria de seres que jamás estuvieron allí.

Para efectos de nuestra geografía, diremos que L'Ìlle de France es a su vez la isla del centro de Europa. 

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