Claudia Helena Velásquez, artista y diseñadora, durante mucho tiempo conocida como Claudita, ahora La Cuchilla, seudónimo con el que trabaja sus diseños tanto gráficos como de vestuario.
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A mí sin cuentos, ¡pero píntemela de colores!, pareciera decir el gesto seductor y burlesco de Claudia.
Sus rizos mulatos, que caen como racimos de uvas maduras, enmarcan el rostro en un peinado que las griegas seguramente llevaron al lucir sus túnicas. Ellas, también pelinegra, supieron del trabajo que ameritan unos lindos y sanos rulos. Cremas, ungüentos, aceites, jaleas, bálsamos, todo vale, pero finalmente depende de la humedad relativa.
Con algo de Betty Boop y su cabeza corazón, en el rostro las facciones apenas se enfatizan; ya son las marcas naturales tan elocuentes que es solo cuestión de resaltarlas.
¡Una sonrisa que no ríe —como la de la Gioconda— y una mirada que sólo refleja tu propia imagen en sus ojos oscuros, con ceño de chamana, es mucho! Por eso algo de toques de humor y de color para alegrar el alma y, como un Hada madrina protectora, salir con microcapa de estrellas a volar por sobre la ciudad.
¡Guerreros!.. tienen las tribus, y también las urbanas. Neotribalismo postpunk, deconstruccion, como en el plano abierto del esqueleto básico. Drap, marca de Alba Cañellas, hace casi una década presento este street style de trotamundos urbanos en Medellín. Saltimbanquis cargados de códigos sobre la piel y liberados de todos —valga la redundancia— los códigos sociales. La re-mezcla estética bien vale se ser analizada. Los ganchos de nodriza en T'shirts deconstruidas de Vivienne Westwood, se difundieron por el mundo con la furia del punk de los 70s, con frases como "No hay futuro", "Destruye", "Reciclar los excrementos" o "Anarquía" impresas en badges —botones que se prenden en la ropa con los icónicos ganchos— a manera de consignas, en su mayoría tomadas de letras de canciones de Sex pistols, The Clash o Billy Idol. La versión de esta idea para traje de alta costura, tenía los ganchos en oro y logo Versace, y fue exhibido por la actriz Elizabeth Hurley en la première londinense de Cuatro bodas y un funeral —dirigida por Mike Newell— en mayo de 1994. Barbie recomienda su versión Punk-Chic! en el libro de estilos para preadolescentes fashionistas editado por Mattel Inc. Y en la última semana de la moda de NY el estilo revivió de cuenta del americano Marc Jacobs para esta temporada otoño invierno, también marcada por la crisis económica y el descrédito como la original de los 70s.
Otro ícono furioso, la Gillette —la cuchilla—, aparece como inofensivo prendedor que con lúdica casi infantil hace del corte ¡un bolero!
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