IMPRESOS LOCALES

El tiempo de mi casa

Textos e ilustraciones
Samuel Castaño Mesa
 
 
El tiempo de mi casa

 
Presentación
 

Gracias a la publicación de este libro sabemos que las historias de Samuel Castaño se parecen a sus dibujos: delicadas y certeras. Unas cuantas palabras y ya estamos en medio de una narración que hace lo que corresponde: impulsarnos a la página siguiente. Al lado de las frases que relatan la historia, están sus ilustraciones: trazos precisos en medio del blanco de cada página. Esta disposición lleva a dirigir la mirada dentro de los límites del dibujo, donde hay decenas de detalles que cuentan otras historias e invitan a acercarse cada vez más.

El tiempo de mi casa es el relato de un universo familiar cuyas actividades orbitan alrededor de un reloj de pared, que con su tictac incansable mantiene los ritmos de la vida cotidiana: la sopa hierve en el fogón, las plantas crecen con el riego, la ropa se seca al vaivén del viento. Pero sabemos que la frecuencia del péndulo, generada por un sistema de pequeños engranajes, no valdría nada si no fuera por el impulso del abuelo. Él es el encargado de darle cuerda al reloj y de no olvidarlo nunca. La falta de alguno de los dos resultaría en una catástrofe para ese pequeño cosmos que funciona con sus propias reglas. Y es ahí donde está la historia.

La narración la hace un niño, el nieto. Desde su posición, logra ver las fuerzas que se mueven alrededor del reloj, el abuelo y los demás miembros de la casa. Al trazarse ese mapa mágico, no puede sino sentirse atraído por la posibilidad de intervenirlo, de jugar él también a crear algo en la realidad que comparte con su familia.

En algunos momentos hay silencios en el texto, pero la historia continúa en las imágenes, sintonizándose así con la sensibilidad y los descubrimientos del narrador. Vemos a través de sus ojos los objetos hasta entonces escondidos en cajones y bolsillos, y lo asistimos en el hallazgo del camino gracias al cual dejará su propia huella.

En su papel de artista gráfico, Samuel Castaño ha colaborado con Tragaluz para los libros Jumma de Maqroll el Gaviero, En los días tristes no se habla de aves y Mil orejas. Este último recibió el año pasado una mención de honor en la categoría Nuevos Horizontes del premio BolognaRagazzi, que se entrega en la Feria del Libro Infantil de Bolonia, Italia.

 

 
Fragmento:

"En mi casa había un reloj de cuerda que sonaba varias veces al día.
Su sonido controlaba todas las actividades y tiempos de la familia.
Mi abuelo nunca se olvidada de darle cuerda; para hacerlo usaba una pequeña llave.
En las noches más silenciosas se podía escuchar el tictac del reloj que inundaba toda la casa, acompasando los ronquidos del abuelo.
Pero mi abuelo un día se murió".
 

 

 

Ilustraciones
(clic para ampliar imágenes)