Número 89, agosto 2017

Manuel Mejía Vallejo
Inventor de juguetes
 

Muchas son las facetas por las que se conoce o se dio a conocer Manuel Mejía Vallejo: literato, impresor, tallerista, pedagogo, folklorista, contertulio, periodista, gestor cultural, líder comunitario, padre, esposo, amigo… sin dilaciones, un altruista de las causas sociales y familiares; pero públicamente se conoce poco su faceta creativa más allá de ser un excelso escritor —novelista, cuentista y coplista—. Manuel, Don Manuel, maestro le decían fraternalmente por respeto, y algunos en la familia lo nombraron cariñosamente Don Cirolo.

Pero ninguno atinó como su amigo Juan Luis Mejía, al ver su destreza y obsesión por el diseño de artefactos infantiles, el apelativo de Inventor de juguetes. Tanto se sintió identificado que, como buen amante de la tipografía, mandó a acuñar una tarjeta personal con su nuevo mote.

En esta ocasión queremos resaltar el ser humano inventor e inquieto cultor de los cacharros lúdicos, de la inventiva popular y de la tradición de los juegos de la infancia. Esta, una muestra sucinta de su documentación personal que hace parte del Fondo Manuel Mejía Vallejo custodiado y difundido por la Biblioteca Pública Piloto. Esquemas, dibujos, perspectivas e instrucciones para el armado, ensamblaje o manufactura de maromeros, marionetas, muñecos o cachivaches.

Y como si fuera poco, compartimos una curiosa carta que dirigiera a la reconocida Casa Heidelberg en Alemania — ensambladora de la industria tipográfica y litográfica a nivel mundial—, invitando, como humilde “hombre de trópico y escritor de profesión”, a considerar su descubrimiento [invento] para el ahorro de papel y mano de obra, al igual que en la transformación de los métodos editoriales utilizados durante los años sesenta del siglo pasado por esta industria.UC

Invento

- clic sobre la carta para ampliarla -

carta dirigida a la reconocida Casa Heidelberg en Alemania
blog comments powered by Disqus