Número 48, agosto 2013
EDITORIAL
Dos proyectos
 

La alcaldía de Aníbal Gaviria se ha distinguido por una especie de silencio institucional, a pesar del ruido de los parlantes, los grandes conciertos, las redes sociales. Los proyectos claves no suelen pasar de una rueda de prensa y una discusión entre alcalde y concejo, un cuchicheo indescifrable para quienes no habitan La Alpujarra. Estamos cerca de la mitad de la regencia de Gaviria, y la ciudad solo habla de problemas. Las soluciones son todo un secreto.

El cinturón verde es una buena idea. Atender el límite de crecimiento de las laderas es una urgencia que se descubrió veinte años tarde. Pero la administración parece deslumbrada por los render que dibujan los arquitectos-publicistas. El proyecto quiere ponerle un límite a las invasiones, que todavía buscan un rincón entre las montañas que hace treinta años coronaban las letras zurcidas de Coltejer. La administración habla de colegios, un monorriel (¿Un monorriel? ¿Un morroniel?), senderos para caminantes y una ruta para ciclistas. La alcaldía de Alonso Salazar levantó CAI periféricos en zonas cercanas donde ahora se pretende construir un parque familiar. Los policías de pasamontañas a duras penas soportan la jornada.

Muchos de quienes han pensado esta ciudad que ha crecido sin ruta cuestionan el proyecto que el Concejo aprobó con dudas, y que según la planilla de gastos tienen 500.000 millones de pesos a su haber. La principal objeción de los "expertos" es que la infraestructura no podrá contener a los nuevos habitantes de las sierras, sino todo lo contrario: creará una nutrida fila tras los inventos municipales. La alcaldía aún no sabe qué tan lejos irá. El gerente del proyecto habla de una franja de bosque que sirva de límite. Colegios y monorriel son una idea por discutir. Luego de casi dos años de gobierno la administración no logra explicar su principal proyecto. Y eso que está en 3D.

En el Río las cosas no son mejores. Esa es otra gran apuesta de la alcaldía, y otra gran incógnita. Un concurso busca propuestas para una idea que se ha planteado durante años.

 

 

Artistas utópicos, urbanistas rancios, arquitectos soñadores y sacoleros insomnes imaginaron el parque del Río. Llegaron 57 propuestas, y cuatro fueron seleccionadas por un jurado tan ilustrado como desconocido.

Medellín ha elegido varias veces su orden de acuerdo a la guía de arquitectos innovadores. El último fiasco fue la Plaza de Cisneros, que han llamado Parque de Las luces durante varios años. La artistada de un alcalde convirtió la plaza más importante de la ciudad en una escultura mustia, incomprensible, inhabitable. En la zona donde se propone la intervención del Río habita una buena parte de los indigentes de la ciudad. Los render muestran remeros y parejas caminado en las orillas con perros de collar. Para cualquier ciudad romper los espacios de exclusión es un reto. Llevar a la gente desde el extremo de la tranquilidad hasta una orilla que representa riegos y sorpresas necesita más que el instinto de la innovación. Las malas ideas lucen mucho mejor en el papel. El Parque Explora, el abono al Jardín Botánico, el Parque de los Deseos y la creación del centro de Moravia mostraron una nueva manera de pensar las obras.

El plan de desarrollo de la alcaldía Gaviria tiene dos grandes proyectos y dos grandes retazos: el cinturón verde y el parque del Río, intervenciones que esperan continuidad durante los próximos veinte años para terminar la maqueta. A primera vista, la única posible hasta ahora parece ilusa para el presente e imposible para el futuro. En cambio, los Proyectos Urbanos Integrales (PUI) han pasado a las carpetas del pasado. La reciente declaración de Alonso Salazar en la revista Semana, que habla de una alcaldía estancada e incógnita, sirve para pensar una administración que no ha tenido gobierno ni oposición.

Algunos gobiernos merecen pasar desapercibidos. Los dos grandes proyectos de la alcaldía de Aníbal Gaviria reciben oraciones de cuenta de la lentitud y el aplazamiento, ruegos para que los proyectos no lleguen a punto ciego y no inauguren parques que serán manchas.

Gobernar desde la sombra con proyectos muy iluminados es la peor de las estrategias. UC

Dos proyectos
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